martes, 13 de septiembre de 2011

LEGITIMIDAD vrs REPRESENTAVIDAD

LEGITIMIDAD vrs REPRESENTAVIDAD

Msc Edwin Castillo Lepe

En la democracia liberal se considera que la soberanía del pueblo es delegada, y en cada elección los ciudadanos al depositar su voto están delegando su soberanía en los representantes, esto puede ser a nivel; municipal, departamental y nacional.

El termino de legitimidad se defino en; la Teoría del Derecho, en la Ciencia Política y en la Filosofía que define la cualidad de ser conforme a un mandato legal, a la justicia, a la razón o a cualquier otro mandato cierto[1]. Tal y como el concepto lo define este término está más ligado a lo legal o sea, lo que el derecho (leyes) de un país en su coercibilidad considera que debiese respetar. Ahora en relación al término de representatividad; se trata de reproducir a la sociedad civil en el parlamento por medio de los representantes que esta elige.[2] En este término se puede apreciar la condición de representatividad como esa reproducción de la sociedad o se la proporcionalidad existente en la sociedad civil y esta medida en constituir un órgano de gobierno.

Al haber dilucidado estos dos términos la pregunta necesaria es si realmente los representantes políticos de la sociedad civil, representan estos dos niveles, al comprender el primero llámese el de legitimidad diríamos que este requisito lo llenan todos al asumir un puesto de gobernanza política. Por ejemplo en el caso reciente de elecciones municipales en San Juan Ostuncalco el ganador de la elección que es del partido Lider obtuvo un total de 5,373 votos y represento el 35.68 %[3] declarado virtualmente el ganador, indudablemente cumpliendo con la ley de partidos políticos él será el próximo alcalde municipal.

Ahora bien en cuanto a la representatividad ya se pondría en tela de juicio, por cuanto la oposición representa el 64.35% o sea 9,687 votos y si a estos le agregamos los votos nulos, votos en blanco, tendríamos ya un total de 11,775 votos validos o sea emitidos el día de la elección, y ahora la pregunta seria y entonces ¿dónde queda la representatividad?. En la actual ley, los votos nulos y los votos en blanco no son tomados en cuenta, por cuanto si fueran tomados en cuenta el actual virtual ganador de las elecciones pasaría de representar el 35.68 % a un 31,33%, estaría representando casi una tercera parte de los votos emitidos el día de la elección.

Esta situación se complica cuando tomamos en cuenta que el padrón electoral el día de la elección tenía habilitados a 25,223 ciudadanos, de ello deducimos que existió un ausentismo del 32 % o sea 8,075 votantes habilitados, con ello los que no votaron estarían siendo superiores a los que eligieron al virtual alcalde, y entonces ¿donde está la representatividad?, ahora bien las causas que pudieron haber provocado este ausentismo pueden ser diversas

En este sentido si ahora calculamos cuanto representa el voto recibido por el virtual ganador en relación al total de personas habilitadas para votar; en este caso sería la relación entre los 5,373 votos validos y los 25,223 personas habilitadas para ejercer su voto, tendríamos que el virtual ganador solo representa el 21,3% del total, ahora bien y en ¿donde está la representatividad? diríamos que el representaría un poco más de la quinta parte de los habitantes del municipio. Y este fenómeno diríamos que se repite en una gran cantidad de elección de los gobernantes de este país. Ahora la pregunta que nace de esta comparación de datos es ¿porque muchos de los gobiernos locales son débiles en cuanto a su capacidad de gobernar?, no será lo anteriormente descrito parte de esa causalidad.

De lo anteriormente descrito podemos concluir que la actual ley de partidos políticos, no responde a las necesidades de la población, por lo que es urgente revisarla y actualizarla, a las necesidades de la actual sociedad guatemalteca.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Y AHORA MAS DE LO MISMO

Y AHORA MAS DE LO MISMO

Msc Edwin Castillo Lepe

Al iniciar a escribir estas líneas me sigo informando sobre los resultados de las elecciones de este 11 de septiembre y me doy cuenta que los mismos, nos seguirán desgobernando y saqueando el Estado. Lo que más me llama la atención, es el voto irresponsable que mucha de la población sigue realizando, al seguir vendiendo su dignidad por regalos, que posteriormente los politiqueros se los cobraran hasta con intereses. Y además nos seguimos guiando por campañas millonarias que han sido financiadas por dinero de dudosa procedencia, pero parece que eso ahora ya no, nos importa, esta bella Guatemala de seguir así no se qué le vamos a dejar a las futuras generaciones.

Parece que el horizonte se nos visualiza sombrío, se eligieron diputados que no se si realmente saben legislar, alcaldes que regresan con antecedentes de corruptos y aun así después nos preguntamos por qué roban. Y ahora la pregunta seria y ¿cómo se pagaran esas multimillonarias campañas? La respuesta que nace de inmediato es haciendo uso del Estado en sus diferentes niveles; municipal, departamental y nacional. Los financistas aparecerán dirigiendo al Estado para lograr sacar lo invertido, que tristeza que ahora en Guatemala se mire el acceso a los puestos de elección popular como una empresa mercantil, más que como una posibilidad de servir, pero en fin, parece ser que el dicho popular que nos dice que “cada pueblo tiene los gobernantes que se merecen”, se aplica con especial atención a nuestra situación.

lunes, 5 de septiembre de 2011

COMUNICADO ELECCIONES 2011, GUATEMALA CALICANTO

LA ASOCIACION DE UNIVERSITARIOS CALICANTO A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA Y

POBLACIÓN EN GENERAL CON OCASIÓN DE LAS PRÓXIMAS ELECCIONES:

La democracia en Guatemala, características actuales y perspectivas

La historia política de Guatemala enseña que hemos tenido muy pocos y cortos períodos de democracia. Durante la colonia y la república dominaron largos períodos dictatoriales. Solamente el período de la Revolución de Octubre y el actual han sido los períodos de democracia que han tenido duración, con grandes diferencias entre ambos períodos.

El período democrático de 1944-54, fue producto de una revolución encabezada por universitarios, trabajadores y militares progresistas, apoyada por el pueblo en un contexto de cambios mundiales, debido a la finalización de la segunda guerra mundial. La Revolución de Octubre, terminó con una larga dictadura, hizo cambios importantes en la política, en la sociedad y en la economía, con la gran participación y el entusiasmo del pueblo especialmente los jóvenes de nuestro país.

Fue derrocada por el gobierno estadounidense de ese entonces y se impuso otro período dictatorial con gobiernos militares que llegaron al poder mediante golpes de Estado, fraudes electorales y el terror represivo como forma de ejercer el poder sobre la población.

Por lo tanto dio lugar al conflicto armado interno que duró 36 años. La guerra interna a la larga, afectó negativamente a los distintos sectores sociales del país y a los poderosos, por eso y por las presiones externas de implantar un modelo económico neoliberal en toda América Latina, los representantes políticos del gran poder económico nacional e internacional, actuaron para crear una nueva constitución de la república, iniciar un período democrático con elecciones que dieron lugar a gobiernos civiles, llevando a cabo el período de negociaciones entre el gobierno y el movimiento revolucionario que finalizó con los acuerdo de paz en 1996.

Este es el período democrático que tenemos actualmente. En el contexto de la globalización mundial del capital, se implantó en Guatemala la organización económica basada en lo que se llama neoliberalismo (predominio del mercado, reducción del Estado, con pocas capacidades de regular la economía y la sociedad, sin planificación económica, privatización de los bienes y recursos nacionales, con gran interés por atraer capitales extranjeros y otros fenómenos socioeconómicos). Entre los resultados se tiene: aumento de la pobreza, las migraciones a otros países, el deterioro de los recursos naturales, el narcotráfico y la criminalidad. El terror criminal es de nuevo la forma de ejercer poder en la población por otros medios, con efectos graves en el comportamiento de las personas y la sociedad, especialmente en la ciudad de Guatemala. Y vienen surgiendo nuevos grupos de poder económico y político que han construido su riqueza a partir de acumular capitales mediante la corrupción, sus relaciones con el narcotráfico, otras formas ilícitas, y la emergencia de distintos negocios.

En este modelo de democracia se realiza la actual elección general para presidente, conformación del congreso nacional y gobiernos municipales. Los grupos de poderosos se han diversificado peroconstituyen un bloque de poder. A la oligarquía tradicional terrateniente y urbana se agrega, el grupo del capital corporativo modernizante, el narcotráfico y las diferentes actividades del crimen organizado, las estructuras paralelas del Estado de militares y civiles originadas durante la guerra y el oligopolio que domina los medios de comunicación masiva en la prensa y la televisión.

Este bloque de poder junto con el capital extranjero son los grandes financistas de la campaña multimillonaria actual, que se estima gastarán alrededor de 1000 millones, en donde los 28 partidos políticos que participan no son instituciones de intermediación política, sino empresas electorales de corta y mediana duración, como lo caracterizan los observadores políticos G. Illescas y F. Solís (Enfoque Electoral No.2, 24 Agosto 2011). En estas empresas electorales el candidato es el propietario o pertenece al grupo de propietarios del partido, involucran a sus familiares, se venden a altos precios las candidaturas a diputado y otros cargos, juntan afiliados utilizando el tradicional anzuelo del empleo, o de concesiones para pequeños y grandes “negocios”.

Pero esta democracia que paulatinamente se degenera, viene cansando a sus financistas quienes ya pagan altas contribuciones en dinero por mantener el circo electoral y expresan su disgusto, por medio de columnistas en la prensa y hasta con rótulos en las carreteras. Ese cansancio se agudizará especialmente en el contexto de años recientes y futuros en que se experimenta una crisis económica mundial que ya está afectando las ganancias de poderosos que no tiene expectativas de recuperar rápidamente las inversiones electorales. Comienzan a surgir tendencias que hablan de formas semi dictatoriales de gobierno, la vuelta a formas distintas de dictadura no deben ser descartadas para el futuro. Por el contrario la tendencia de avanzar en la democracia participativa todavía no se consolida en nuestro país. Pero ambas pueden ser las modalidades de pensamiento político que probablemente planteen alternativas ante la descomposición de la democracia neoliberal actual en Guatemala.

Los intereses de los grupos de poder de los Estados Unidos también están presente en este juego:Los Republicanos, por ejemplo, apoyan a las expresiones políticas que aseguren por cualquier medio, especialmente por los medios represivos, la resolución de los conflictos sociales, la criminalidad, que aseguren que las empresas transnacionales operen sin ningún tipo de restricciones en el territorio nacional y con ello continuar con la depredación de los recursos naturales de nuestro país. Los Demócratas favorecerán a las expresiones políticas que utilicen otras vías pacíficas en la resolución de conflictos, siempre a favor de los mismos intereses del gran capital transnacional y asegurar además gobiernos fieles, que no se inclinen hacia las corrientes progresistas que se están desarrollando en la América del Sur.

Ciertos partidos políticos han hecho alianzas con millonarios exponentes del capital transnacional: El millonario mexicano Carlos Slim (dueño de Telgua, Telmex y otras empresas), apoya al Partido que encabeza las encuestas de preferencia, dice que se vienen tiempos críticos para la humanidad y que por eso debe ponerse en los países hombres consistentes (para sus intereses). Estos personajes requieren gobiernos autoritarios aliados a los grandes capitales transnacionales. El control de la población por la vía de la represión. Crecimiento económico vía la inversión extranjera, sin importar los grandes problemas sociales actualmente existentes.

Casi todos los candidatos no difieren en contenido de esta orientación, únicamente se diferencian en cuanto a los intereses particulares, tanto de los candidatos como de los grupos que los respaldan. La coalición de partidos actualmente en el gobierno, no llevó a cabo un modelo socialdemócrata. Los fondos sociales los usaron con fines proselitistas sin trascender hacia una opción de auto-sostenibilidad de los grupos favorecidos.

Por el contrario los sectores populares estamos interesados en la agenda de desarrollo surgida a partir de los Acuerdos de Paz, la que requiere de un Estado que formule y aplique una política económica que incluya la Reforma Fiscal hacia la composición progresiva de los ingresos provenientes de los impuestos, y terminar con el endeudamiento con los bancos del país y préstamos en el extranjero, el impulso al desarrollo rural y urbano, y los procesos para recuperar los recursos naturales en función del desarrollo. Que además garantice los derechos colectivos tales como: los Derechos Humanos, los Derechos de los Pueblos Indígenas, el derecho al trabajo, la estabilidad laboral, la libertad de asociación, el derecho a la salud, al agua, educación gratuita en todos los niveles.

Pensar para Votar

Universitarios: Estamos en una difícil situación de escogencia por los candidatos que tenemos.

Emitir el voto es una responsabilidad ciudadana con nuestro futuro individual y nacional. La publicidad satura el ambiente político con falsas promesas, pero no debe condicionarnos para decidir. La decisión debe ser reflexionada, pensar bien, no actuar a la ligera. Maduremos como ciudadanos, que el terror empleado por la criminalidad no lleve a cometer errores. Utilicemos criterios para decidir si votamos y si votamos por quien hacerlo. Estamos en una disyuntiva electoral, apoyar con el voto a las tendencias dictatoriales, o las que son más propicias para el avance de la democracia participativa, esto puede ser un criterio básico que oriente el pensamiento. Plantearnos las siguientes preguntas dará otros criterios ¿A qué intereses responden los candidatos? ¿De dónde llega el financiamiento? ¿Contribuyen a los acuerdos de paz? ¿Cuáles son sus antecedentes, como se comportaron en sus pasadas responsabilidades públicas?

UN VOTO BIEN PENSADO PARA AVANZAR EN LA FORMACION DE CIUDADANIA